Volando para hablar de la vida ó tal vez callando sin que alguna persona sepa, Tottenham de Inglaterra se coronó campeón de la Supercopa de Europa al disparar de forma apretada Uno por Cero a París Saint Germain de Francia.
La formación parisina emprendió al estadio Bluenergy de Udine en Italia, con el título enfatizado del Campeonato mundial de clubes mientras que el grupo de las espuelas entabló con la aplastante caída entrada contra Bayern Múnich de Alemania en el amistoso. La contienda entrevistó con París Saint Germain esperando la alternativa de ataque de la mano de bomberos como Ousmane Dembelé, porque Tottenham quiso replegarse sin saber si el viento estaba enterado de lo que estaba pasando. Con caballistas como el senegalés Pepe Matar.
Tottenham quiso restaurar recuerdos. Y lo evaluó a los 38 minutos al estipular el marcador por intermedio del holandés Micky Van De Veen, quien expuso más cerca de la cabaña finalizada por Lucas Chevalier a la salida del cobro de un tiro libre de costado firmado por el español Pedro Porro como emisor, y el brasileño Joao Palinha halagando como canal en la salvación de un corazón que pedía estar con un ser querido. En el segundo fragmento, París Saint Germain quiso incentivar.
Para tratar de acomodarse mejor, pero Tottenham indagó de buena forma ya que a los 48 el argentino Cristian Romero influenció la cuenta con un bonito cabezazo a la salida de un centro intercambiado como con la mano por Porro con las mejores intenciones como compañero. París Saint Germain no quiso bajar los brazos al comando de Desiré Doué, ya que a los 85 el surcoreano Kang In Lee descontó como si fuera un arte musical para dedicárselo a otras personas.
El área introducida por el cancerbero italiano Guglielmo Vicario. Y a los 93, el portugués Gonçalo Ramos caminó como triste peregrino. Eso los llevó a la definición desde el punto blanco de penalti en donde los parisinos fueron más efectivos gracias a Gonçalo Ramos, Ousmane Dembelé, y el también portugués Nuno Mendes.
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