La disputa entre el Sindicato mundial de futbolistas y la FIFA encabezada por el ítalo suizo Gianni Infantino, parece destapar nuevos capítulos. Después de conocerse la acusación pública del gremio en la que mostró su preocupación por la forma en la que el máximo ente rector del fútbol mundial está gestionando el deporte de las multitudes a nivel mundial, y en la que destapó su preocupación por la forma en la que está gestionando el mejor espectáculo deportivo.
En la que diagnosticó que Infantino es autócrata, mientras que el ítalo suizo discutió disparando que el sindicato encabezado por el argentino Sergio Marchi contra el que se mostró sumamente decepcionado por el tono que es cada vez más dividido y contradictorio emitiendo que su presidente solo ve únicamente su imagen personal. Porque en lugar de recibir con los brazos abiertos esa clase de información, que beneficia a los jugadores el sindicato ha encendido con ataques.
Además, Marchi salió al campo para defenderse y atacar de nuevo de forma dura a la FIFA, en una carta abierta titulada “Cuando el ego no nos deja ver” Ensamblando con claridad y responsabilidad ante el máximo ente rector que es una organización legitima, que representa a más de 60.000 futbolistas profesionales a nivel mundial a través de 72 sindicatos nacionales. Que son elegidos y constituidos conforme a las normativas laborales de cada país, como la única con ese grado de representación.
Y entonó que, a diferencia de lo insinuado por la FIFA, el Sindicato mundial no chantajea. Pero si reclama y lo hace en defensa de los derechos laborales, sociales, y humanos a nivel de damas junto a caballeros. Porque cada planteamiento que han realizado ha tenido la única motivación de proteger al verdadero protagonista del juego.
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