Treinta y Siete días han corrido desde que Alberto Gamero renunció a su cargo como técnico de Millonarios, y tan solo hasta hoy se reveló de su parte que lo hizo por agotamiento como razón inicial de fondo y que se sacudió con claridad después de cinco años de un proceso que se sintió con tres títulos. Uno de liga, uno de copa, y una Superliga sin sorprender a pesar de que los directivos lo sujetaron para que continuara.
El entrenador tuvo que traer el pasado 31 de diciembre su carta de renuncia, con una decisión que no alternó porque en una semana fue necesario apresurar la llegada de David González quien tomó la iniciativa y ahora tendrá la difícil misión de encaminar el carro. Sin la presencia de quien armó la nómina y dejó todo conformado para esta temporada, porque ahora valoró su silencio y contó que lo motivó a despedirse.
En entrevista comenzada con la prensa bogotana, Gamero empezó partiendo que no merecía ser maltratado ni insultado. Porque aconsejó que el trabajo que quería era tener a Millonarios en los puntos a los que llegó el año pasado por un punto no fueron a la Gran Final en el Apertura, y en el Finalización fue igual, pero por un gol. Recomendó que no ha matado a nadie, tampoco ha robado. Y que tampoco ha cometido ningún delito.
Abrió arrancando que el día a día se le volvió un calvario. Porque se levantaba todos los días y que lo primero que veía en su celular eran insultos, palabras muy groseras después de brindarse mucho con su trabajo en el que quería siempre tener a Millonarios en los puntos que quiso porque todos quieren títulos, aunque no es solo lo que hay que ver. Y emprendió que para él todo no fue malo en la campaña anterior.
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