Durante algún momento Florentino Pérez irrumpió contra el croata Luka Modric al recalar con el título de la Supercopa de España, que bajó Barcelona de forma aplastante coronando un nuevo éxito ante Real Madrid. Un equipo que nunca llegó finiquitar acciones de peligro en el área catalana mirándolo con razón, porque la identidad merengue se ha acostumbrado a observar las fotografías con los trofeos.
Aunque en esta ocasión la decepción no se alejó de la derrota, ya que para acceder a una etapa definitiva se necesita carácter por haber desbordado hasta esta fase tan decisiva. A causa de caer ante el adversario histórico sin haber salido a disputar el partido, con el título que hoy reposa en los vitrales catalanes por el explosivo resultado, la disciplina en defensa, ó sus aceitados circuitos bañados para potenciar.
Lo que es talento de todos los jugadores, junto a la milagrosa falta de carácter, amor propio, compromiso de los capitalinos. Porque una cosa es ser abatido por el contrincante y otra presentarse a la batalla sin sangre en los ojos que fue lo que manifestó Real Madrid antes de saltar al campo de juego en Arabia Saudita. Con el dolor de la caída sacudida en liga abierta durante octubre pasado.
Acordando si esto no es un resultado que llaman saca técnicos, porque no hace mucho en el semestre anterior Ancelotti apareció con gafas oscuras, un tabaco en la boca, y un aire de respetado italiano experimentado. A quien afirmaban como genio con los títulos a nivel doméstico junto al de Liga de Campeones, con un equipo muy tangible en el que el brasileño Vinicius Junior y el inglés Jude Bellingham fueron impulsores.
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