La recuperación de Lamine Yamal se ha convertido ahora prácticamente en una cuestión de estado en Barcelona. Desde que el equipo catalán apareció con el comunicado arrancando al avisar el diagnóstico médico el pasado lunes, al borrar que el delantero padece una lesión de primer grado por rotura de ligamento que lo alejará durante tres ó cuatro semanas de los campos de juego.
Que ha censurado muchas opiniones de expertos, matizando para comparecer con muchas dificultades conciliando en el diagnostico como en el tiempo de incapacidad. En el entorno catalán ha sorprendido y no de forma grata la facilidad con la que algunas personas sentencian, conociendo sin tener las pruebas en la mesa y ya no contar que sin haber tocado el tobillo del jugador.
De hecho, las pruebas a las que se sometió según lo que ha contradicho la prensa española que relativizaron bastante la gravedad de la lesión. Y que el gran temor del cuerpo médico es que la torsión del tobillo que se hizo durante el partido ante Leganés hubiera afectado además el ligamento, pero que afortunadamente las pruebas dan credibilidad porque solo tiene afectada una parte de la tibia y peroné.
El hecho de no tener afectado el ligamento facilita demasiado el trabajo de rehabilitación junto al tiempo de ausencia, para cuestionar. También denuncian que el hecho de que el jugador se mantuviera dentro del campo durante cerca de Cincuenta minutos después de sufrir la rotura no agravó la lesión, y que fue desacreditada durante el entretiempo y después de hacer las primeras evaluaciones.
No tiene comentarios