En aquella época, Colombia atravesaba por la misma situación a nivel Geopolítico que tiene actualmente, pero contaba a su favor con el analgésico de tener al equipo absoluto. Comenzando este siglo, temeroso por lo que señalábamos y como nos veían a nivel internacional un año después de arrancar para poder cumplir con algo demorado recibíamos como sede la organización de la Copa América.
El campeonato no fue solo un compromiso deportivo, fue una disculpa para afrontar una batalla que se tenía que ganar a como diera lugar con los desplantes y las razones que tuvieron algunos para no asistir discriminando los valores de todo un pueblo. Y que el gobierno de ese momento, utilizó como avión para acceder al desarrollo de la competencia en territorio cafetero.
Listo, viéndolo de esa forma parece que nada hubiera cambiado. Pero no hay que confundirse, porque somos muchos los que como aficionados y periodistas los que damos fe que sí, el mundo, el país, el fútbol, y hasta la selección son una foto rojiza, sacada de un museo. Que huele a nostalgia, que suena como una visagra oxidada, y que no se puede utilizar por una generación completa que vivirá este domingo en Miami.
Esto era imposible de imaginar, la primera final de la Copa América para muchos adolescentes y jóvenes. Antes de que Dios les permitiera llegar a este mundo, Colombia disputó como anfitrión un campeonato con la misma intensidad y pasión cabalgando de forma integral en la etapa de grupos invicta, a diferencia de esta en donde se empató contra Brasil. Al igual que ahora aplastando en Cuartos de final.
Perú fue la cenicienta, se le ganó a Honduras en la semifinal y le ganó a México adquiriendo el título. Con el desplante de Argentina que no viajó por motivos de seguridad, siendo reemplazado por los catrachos,ó del intento de interferencia por parte de Brasil con nómina alterna entre una guerra de fondo que dejó los cristales de la Federación colombiana de Fútbol vacíos con el único título de la historia.
En donde los colegas que cubrían el evento iban en masa a cada cuidad, con el recorrido de la selección comandada por el inagotable Francisco Maturana. El siempre criticado Víctor Hugo Aristizábal, que le puso el tapabocas a muchos como Botín de Oro, Mario Yepes e Iván Ramiro Córdoba, Fabián Vargas en la zona de contención. Freddy Grisales, y Jhon Javier Restrepo una familia cómplice de acabar con un ayuno de 26 años.
No tiene comentarios