Dos versos son válidos para definir la excelencia del trabajo puesto por un entrenador, con los resultados conseguidos y el rendimiento de los jugadores que están a su disposición. Pero eso no basta porque también hay que tener en cuenta que la materia prima es importante en el caso de Antonio Comte desde su llegada a Napoli, en junio de 2024 para encontrarse con un equipo que venía de terminar Décimo en el calcio y fuera del concierto internacional.

De forma inevitable, los recursos para invertir se habrían reducido al igual que las ambiciones. Pero las matemáticas no fueron suficientes porque dentro de pocos días acabará el año y que ha sido memorable, para el equipo napolitano con la conquista de la liga, la supercopa, y una racha de invictos como local en el estadio Diego Armando Maradona.Todo esto a causa de uña serie de adversidades como lesionados, que han obligado al técnico a cambiar constantemente de estrategias.

Y a conformarse con lo que ha podido, porque en el verano anterior como preámbulo a la presente temporada defendió la ausencia obligada del belga Romelu Lukaku quien acaba de reaparecer como alternativa. El también belga Kevin De Bruyme, y el camerunés Frank André Zambo que llevan un buen tiempo alejados junto a muchos otros que tuvieron molestias que los alejaron convirtiendo a Comte en mago, sacando soluciones.

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