El técnico venezolano Cesar Farías salió de América, y este tema aún evoca lo que fue su paso por el equipo escarlata. Mientras no se excluya el nombre de su reemplazo las declaraciones continuarán de parte de él como entrenador y de los directivos por el ámbito en el que se vivió dentro del período de trabajo con el fracaso que expira ahora, y en las últimas horas Tulio Gómez como máximo accionista expuso que hubo intolerancia.

En entrevista con la prensa regional, Gómez explotó extendiendo que hubo roces entre Farías y la prensa además de alguna parte de los aficionados cortando por lo sano. Pero el venezolano finiquitó su versión acerca de las verdaderas razones de su corto ciclo con los escarlatas, al que los fortaleció con pullas fundamentando que no se cumplieron los objetivos pensados cancelando el contrato de forma establecida. Galardonó que lo sabía antes de llegar después del paso de 16 entrenadores.

Gestionó que quería seguir. Porque gritó que, si hubiera ocurrido en el partido por Copa Sudamericana en el que América fue eliminado por Alianza Fútbol Club, hubiera sido algo normal porque perdiendo un juego de los últimos diez tenía la ilusión de seguir. Hilvanó que tomó todo con calma porque los resultados no lo acompañaron para que se contara otra historia con la clausula de despido justificado, por no clasificar.

Iluminó que por escrito no había nada. Porque América venía desde hace un tiempo siendo uno de los invitados permanentes a los cuadrangulares semifinales, impregnando que no hizo la pretemporada y que no incidió en la contratación de jugadores al entrar en un momento difícil haciendo lo mejor que pudo. Indagando que de forma habitual llegan los nuevos entrenadores con el conocimiento del grupo.

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